En un emotivo encuentro en la Academia del Cine, Martin Scorsese cautivó a la audiencia con sus reflexiones sobre el cine como la forma más pura de arte, comparándolo con la música. El viernes por la mañana, el director fue recibido con honores, con el presidente de la institución tarareando la icónica melodía de ‘Taxi Driver’. Entre los presentes se encontraba la reina Letizia, convirtiendo el evento en una experiencia única para los profesionales del cine, quienes se transformaron, al menos por un día, en fans entregados.
Rodrigo Cortés, cineasta español y anfitrión del evento, guió el diálogo con el «mago» Scorsese, explorando desde el montaje hasta la música que impulsa sus películas. El director confesó su dificultad para recordar el orden de los eventos en ‘Infiltrados’, compartiendo con humor su enfoque en la investigación de la estructura cinematográfica a lo largo del tiempo. «Aspiro a hacer cine como si fuera música, la más pura de las artes», afirmó Scorsese, revelando su profunda conexión con la cinematografía.
El maestro del cine también abordó la importancia del montaje, destacando la influencia de cineastas como Eisenstein, Max Ophüls y Jean Renoir en su juventud. Sobre los títulos de crédito, expresó su preferencia por la simplicidad y la eficacia, mostrándose orgulloso de la brevedad y elegancia en ‘Los asesinos de la luna’.
Scorsese compartió su enfoque único en el trabajo con actores, destacando su relación especial con Robert De Niro y recordando con emoción a su colaborador recientemente fallecido, Robbie Robertson. El director también reveló su infancia como «hijo de la radio» y cómo incorporó elementos radiofónicos en ‘Los asesinos de la luna’ como un acto de disculpa y respeto hacia los Osage.
En este encuentro único, Martin Scorsese dejó una impresión duradera, cerrando el evento con la auténtica música de ‘Taxi Driver’ y reafirmando su posición como un maestro del cine que continúa explorando nuevas fronteras creativas.